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Martes, 23 Octubre 2018 23:37

IDENTIDAD, PATRIMONIO LOCAL y TESOROS HUMANOS VIVOS

 

IDENTIDAD Y PATRIMONIO LOCAL

TESOROS HUMANOS VIVOS

Prof. Marcelo Javier Neira Navarro

Fernando Tapia Meza

Matías Lacoste Rojas

www.latitud40.cl

http://archivoregionaldeloslagos.cl/

“…la cultura es el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias (… ) A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden" (Portal UNESCO, URL., http://www.unesco.org/new/es/mexico/work-areas/culture/ ).

 

El concepto de “Patrimonio Cultural” se articula a partir de las múltiples manifestaciones de grupos humanos pasados y/o presentes. Estas manifestaciones que pueden ser tangibles e intangibles, son fenómenos sociales representativos y significativos para una persona, grupo o para una sociedad entera. Incluye conocimientos, saberes, tradiciones, monumentos, restos arqueológicos, tecnologías, arquitectura, arte e historia.

El patrimonio cultural no existe en la naturaleza. Es una construcción social. Es una creación humana inducida de manera múltiple: desde referentes ideológicos; responde igualmente a ciertas prácticas políticas y a ciertas estrategias orientadas al cuerpo social con el objeto de lograr cierto nivel de legitimidad; pero el patrimonio cultural igualmente puede ser la identidad que una persona o un grupo logra con algún fenómeno, saber, objeto, entre otras. El patrimonio, entonces, se convierte en un referente esencial de la identidad cultural de una comunidad.

 

             La identidad es un proceso continuo entre dinámica y permanencia. Cuando los individuos se unen unos a otros formando comunidades, surgen las identidades colectivas. Es el momento en que el individuo se identifica como parte de un grupo. La identidad se configura como una realidad dinámica que hace referencia a determinados hechos cruciales para los seres humanos como el saber quiénes somos y principalmente quiénes somos frente a otros. La identidad implica una especie de frontera que no sólo separa, también aglutina, dada la unión por distinción. Por eso la identidad es al mismo tiempo heterogeneidad y también una construcción individual como social simultáneamente (nación, clase, grupo) (Portal www.latitud40.cl, URL., http://latitud40.cl/index.php/proyecto/quienes-somos).

 

En general, la identidad es lo que hace a un fenómeno social algo representativo de un grupo. La identidad porta y genera un consenso en relación a cierta valoración de algo (Portal www.latitud40.cl, URL., http://latitud40.cl/index.php/proyecto/quienes-somos).

 

Patrimonio e identidad son fenómenos parecidos que se retroalimentan y se relacionan de manera compleja, pero son diferentes.

 

El patrimonio parece un fenómeno que puede venir de las más antiguas civilizaciones. Mientras que la identidad es un fenómeno típicamente moderno que se configura a partir de las primeras unidades políticas estatales, más ligadas a la construcción de identidades nacionales.

 

Con el desarrollo de las dos guerras mundiales, durante el transcurso de la primera mitad el siglo XX, el mundo entero vivió con horror de los más de 36 millones de muertos; pero también se pudo comprobar la enorme cantidad de monumentos, edificios, archivos, documentos, joyas del arte, entre otros, que fueron saqueados, destruidos o desaparecidos para siempre. Y esto generó la voluntad política internacional de salvaguardar el patrimonio de la humanidad.

 

Como un antecedente de este esfuerzo, ya en 1874 la “Declaración de Bruselas” había impuesto la prohibición de bombardear edificios públicos como iglesias y edificios con propósitos artísticos (xxxx). Luego, la Conferencia de la Haya, tanto en 1899 como 1907, impuso la necesidad de señalar con distintivos especiales los edificios que debían ser preservados (xxxxxxxxxxxxxx). La Conferencia de Washington en 1922, prohibió expresamente el ataque aéreo a objetivos civiles (xxxx). Sin embargo, todas estas consideraciones fueron sostenidamente ignoradas.

 

             Pero las diversas alternativas de la Segunda guerra mundial, los ataques de los nazis a Polonia, en donde se estima que fueron destruidos más de 700 monumentos, la campaña de Londres o los bombardeos angloamericanos sobre territorios alemanes o italianos, demostró la nula sensibilidad respecto a la idea de patrimonio.

 

             Casi 20 años después, en 1964, surge la “Declaración de Venecia”, primer documento oficial que pugna por la conservación y restauración de monumentos y sitios de carácter histórico o artístico (Carta internacional sobre la conservación y la restauración de monumentos y sitios, Venecia, Italia, 1964 (pp.21-28), en, Ministerio de Educación, Cuadernos del Consejo de monumentos nacionales. documentos de Icomo, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Consejo de Monumentos Nacionales, Santiago, 2015). A la luz de este documento, aunque lo patrimonial no aparece completamente definido, resulta evidente que su estudio se ha constituido en una disciplina que, de acuerdo a la propia declaración, “…abarca todas las ciencias y todas las técnicas que puedan contribuir al estudio y la salvaguarda del patrimonio monumental” (Id., específicamente, p. 24). Así, lo patrimonial quedaba asociado a lo arquitectónico,

“La noción de monumento histórico comprende la creación arquitectónica aislada, así como el conjunto urbano o rural que da testimonio de una civilización particular, de una evolución significativa, o de un acontecimiento histórico. Se refiere no sólo a las grandes creaciones, sino también a las obras modestas que han adquirido con el tiempo una significación cultural” (Id., p. 23-24.).

 

Posteriormente, en el año 2003, la conceptualización oficial de patrimonio cultural inmaterial fue acuñada y reconocida ampliamente por la comunidad mundial a través de la “Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial” (UNESCO, Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001325/132540s.pdf , 20 de julio de 2016). Para llegar a esta idea, se había tenido en cuenta la “Recomendación de la UNESCO sobre la salvaguardia de la cultura tradicional y popular” de 1989 (UNESCO, Recomendación sobre la Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular, 15 de noviembre de 1989, http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=13141&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html , 20 de julio de 2016), también la “Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural de 2001”) y la “Declaración de Estambul de 2002” (UNESCO, Declaración de Estambul de 2002, Portal Congreso español, http://www.congreso.es/docu/docum/ddocum/dosieres/sleg/legislatura_10/spl_70/pdfs/31.pdf , 20 de julio de 2016),

De este modo, el concepto de patrimonio logró en pocos años una definición en donde se observa una distinción, pero también una profunda interdependencia entre el patrimonio cultural inmaterial, el patrimonio material y natural. De hecho, la UNESCO definió el “patrimonio cultural inmaterial” como,

 

“…los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana. A los efectos de la presente Convención –agregó el mismo documento--, se tendrá en cuenta únicamente el patrimonio cultural inmaterial que sea compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible” (Id., p. 2.).

 

Además de definir el patrimonio cultural inmaterial, la UNESCO igualmente ha procurado impulsar unas políticas, unas acciones, unas prácticas que tienden hacia su consolidación. Según el organismo internacional,

 

“Existe el peligro de que ciertos elementos del patrimonio cultural inmaterial mueran o desaparezcan si no se contribuye a su salvaguardia. Salvaguardarlos requiere la transferencia de conocimientos, técnicas y significados (…) la salvaguardia se centra sobre todo en los procesos inherentes a la transmisión o comunicación del patrimonio de una generación a otra, y no tanto en la producción de sus manifestaciones concretas, como la ejecución de una danza y una canción, o la fabricación de un instrumento musical o un objeto de artesanía” (UNESCO, ¿Qué es el patrimonio cultural inmaterial?, URL., http://www.corporacionfidelsepulveda.cl/archivos/temas-de-interes/Patrimonio-cultural-Unesco.pdf , p. 8).

 

Adicionalmente a este tipo de riesgos, convergen el desarrollo disciplinario del patrimonio cultural inmaterial, pero sobre todo, interviene el hecho que durante toda la segunda mitad del siglo XX la idea de patrimonio que predominó se remitió exclusivamente a objetos materiales como construcciones, objetos tecnológicos e instrumentos variados, y todos juntos, preparan las condiciones para que a partir de 2003, la UNESCO también crea el Programa Tesoros Humanos Vivos (THV).

 

El programa de Tesoros Humanos Vivos, de acuerdo a la UNESCO, se debía insertar en los sistemas nacionales. Ha tenido tres objetivos esenciales que son, “…preservar los conocimientos y las técnicas necesarios para la representación, ejecución o recreación de elementos del patrimonio cultural inmaterial de gran valor histórico, artístico o cultural”. El segundo objetivo es que aparte del reconocimiento público, se debían adoptar medidas, “…en forma de ayudas o subvenciones especiales a favor de los Tesoros Humanos Vivos, de manera que puedan asumir sus responsabilidades en la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial que les corresponda”. Y por último, el mismo sistema "...debería alentar también a los jóvenes a adquirir los conocimientos y las técnicas requeridos para interpretar o recrear elementos del patrimonio cultural inmaterial, proporcionándoles el reconocimiento y la audiencia del público a escala comunitaria, nacional o internacional” (UNESCO, Directrices para la creación de sistemas nacionales de “Tesoros Humanos Vivos”, http://www.unesco.org/culture/ich/doc/src/00031-ES.pdf, p. 4).  

 

Tesoros Humanos Vivos en Chile, depende del reciente inaugurado Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Es la instancia oficial de reconocimiento que el Estado chileno otorga a personas y comunidades portadoras de manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial de alta significación para el país y las comunidades locales. Incorpora también expresiones que presentan riesgos para su continuidad (Gobierno de Chile, Portal patrimonio.cl, URL., http://portalpatrimonio.cl/tesoros-humanos/). El programa busca establecer las mejores herramientas para una eficaz puesta en valor del patrimonio, así como promover su registro, transmisión y salvaguarda. De este modo, la acción de THV se proyecta ampliamente a relevar y fomentar la pluralidad y diversidad cultural de la comunidad nacional (UNESCO, Directrices para la creación de sistemas nacionales de “Tesoros Humanos Vivos”, http://www.unesco.org/culture/ich/doc/src/00031-ES.pdf, p. 4).

 

La determinación de la calidad de THV es decisión de Comités Expertos, zonales y nacionales, independientes del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Estos comités de expertos, están integrados por personas con experiencia en temáticas de patrimonio cultural, que varían año a año y cumplen las funciones de evaluar y seleccionar a los cultores individuales y colectivos representantes de expresiones de patrimonio inmaterial, en el proceso de postulación que se realiza anualmente. Los comités también actúan como entidad asesora en la definición de las actividades programadas para la transmisión de conocimientos en riesgo, las que son adoptadas en conjunto con personas y comunidades que han recibido la distinción de THV (Portal SIGPA, URL., http://www.sigpa.cl/tesoros-humanos-vivos/).

 

El gobierno de Chile junto a la UNESCO ha dispuesto un portal para difundir el programa de THV, a través del Sistema de Información para la Gestión Patrimonial reconocible bajo la sigla SIGPA (Ver portal www.sigpa.cl, también www.cultura.gob.cl , Sotomayor 233. 4to Piso. Valparaíso). Este es un programa del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio y corresponde a la instancia por la cual el Estado chileno da cumplimiento del compromiso suscrito con la “Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial UNESCO”, en cuanto a registrar los acervos culturales tradicionales contenidos en el territorio nacional.

 

SIGPA es un proceso abierto y participativo, mediante el cual la ciudadanía ejerce el derecho de representar la pertenencia de sus saberes y expresiones ancestrales. También se organiza un concurso en donde se postulan anualmente comunidades e individuos dignos de ser declarados THV.

 

De cada individuo reconocido como THV, se realiza un registro fotográfico, audiovisual y etnográfico para difundir los saberes y prácticas de las cuales éstos son portadores significativos.

 

Finalmente, SIGPA propone cinco categorías para trabajar el patrimonio cultural inmaterial: Cultor colectivo, Cultor individual, Fiesta popular, Lugar gastronómico y Recinto patrimonial (Para ver un ejemplo de Cultor colectivo, véase el caso de la Comunidad indígena Manquemapu, Portal www.latitud40.cl, URL., http://latitud40.cl/index.php/patrimonio-cultural/item/220-manquemapu-registrado-patrimonio-humano-vivo).