Marcelo Miranda Angulo
La centralización como forma de ejercer la autoridad
La centralización político administrativa ha sido una constante histórica que hunde sus antecedentes en el feudalismo, donde las necesidades económicas, militares y, por ende, políticas del señor feudal, encontraban su solución en la dominación que ejercía sobre los campesinos, generando una dependencia de estos con respecto al señorío o feudo.
El modelo feudal, con algunas modificaciones, servirá de base para los ensayos de futuros sistemas de organización política-administrativas. Lo utilizaron los imperios y las potencias colonialistas, así lo vivimos en nuestro continente, dominado militar, económica, social y culturalmente.
Durante el proceso de independencia política, las colonias replicaron en sus territorios un sistema que concentrara el poder político, económico y social en sus capitales. Todo, con el doble fin de evitar y controlar movimientos separatistas que debilitaran la autoridad y la unidad territorial y también que los habitantes de la periferia tomasen decisiones por sí mismos. Pero, lo más importante de este proceso, es que conlleva la necesaria capacidad de pensar por sí mismos. De mirarse y reconocerse con ciertos rasgos de identidad. Es decir, pensar respecto de qué es lo que hace distinto a un grupo humano, que una sociedad tenga rasgo distintivos del resto, por su pasado, sus costumbres, sus prácticas y creencias religiosas, el idioma, por citar algunas.
En este último sentido, la centralización es considerada un fenómeno ideológico, que se objetiva en la realidad en instituciones que administran poder en cualquiera de sus formas. En su vínculo con el poder, la centralización, por tanto, es un fenómeno estratégico y operacional y se enmarca dentro de una particular visión en cuanto concibe que cualquier asunto se puede arreglar “desde arriba” y una particular práctica en referencia al poder, en suma, actuando de manera centralizadora. Y por oposición, emerge igualmente la descentralización, que piensa, concibe y operacionaliza el poder inversamente, esta vez desde abajo o desde la periferia. (Patrimonio, descentralización e información: Fundamentos para un Archivo Región de Los Lagos. Marcelo J. Neira Navarro, René Muñoz Mayorga, Fernando Tapia Meza. Publicado en “Archivos, Miradas, Experiencias y Desafíos. Págs. 110 a 120. Dibam. 2016).
Conceptualmente, la centralización ha existido y dominado en la idea de Archivo Nacional desde su fundación. Bajo esta concepción de poder, ciertamente, hay información disponible, pero ella corresponde a un paradigma en donde, por ejemplo, la información fluye hacia el centro y allí queda.
En más de algún sentido y desde la fundación de la institución archivística nacional, la sociedad chilena en su conjunto se vio beneficiada, sobre todo, al utilizar los servicios de un repositorio donde se podían encontrar datos en información relacionados al país en su conjunto.
Luego de un tiempo, sin embargo, el funcionamiento del Archivo Nacional ha demostrado múltiples falencias. Más allá de la evidente falta de espacio que actualmente lo aquejan, el Archivo Nacional ha beneficiado exclusivamente a grupos de especialistas y seguramente a grupos de políticos metropolitanos, impactando escasamente al ciudadano común. Y no ha podido atender, en definitiva, las demandas de las regiones.
La centralización, junto con la subsecuente desinformación, ha repercutido en la inexistencia de una instancia administrativa, orgánica y técnica, que permita reunir, conservar y hacer más fácil y accesible la consulta de la documentación administrativa, jurídica y, en particular, del patrimonio histórico.
Los motivos para la descentralización del Archivo Nacional
En el contexto regional y local, el acceso a los documentos que han sido transferidos al Archivo Nacional y la distancia que separa la capital de las regiones más extremas del país, generan un alto costo y muchas veces la imposibilidad de acceder a documentos, tanto a las autoridades, investigadores, estudiantes y para la ciudadanía en general. Por ende, acceder al Archivo Nacional se vuelve un trámite complejo de realizar.
La ausencia de un Archivo en las regiones, igualmente impide la constitución de un patrimonio documental administrativo, histórico y cultural regional y en consecuencia, dificulta la construcción y difusión de la identidad de la región y el desarrollo de su capital humano, profesional e intelectual, especialmente en el área de información referida a las ciencias sociales.
El efecto centralista ha impactado de manera negativa en la gestión de los Gobiernos Regionales y en el propio desarrollo de la Región ante la inexistencia de una gestión documental organizada, que permita el acceso a la información para una mejor toma de decisiones y para el desarrollo cultural de la comunidad regional.
La centralización, ha generado una subsecuente pérdida y deterioro de la información. Entre otros aspectos, esto ha impactado en el papel que han tenido los grupos científicos y políticos locales, problema que deriva en cierta ineficiencia en el acceso a los documentos en la administración del Estado y que en los grupos de políticos y administradores locales, eventualmente ha impedido en la “rendición de cuentas” de sus actos y el ejercicio de la transparencia y democracia de la gestión pública.
Por último, debido a la ausencia de un Archivo, la comunidad científica de la región de Los Lagos, vinculada a las disciplinas sociales, se ha visto fuertemente impactada, dada la ausencia de fuentes disponibles localmente.
La descentralización, que es un fenómeno político, también ha sido un criterio e igualmente un proceso de gestión que progresivamente se ha impuesto en la administración pública y privada. Y ha sido la solución a una amplia gama de problemas regionales y locales y debiera impactar en una ciudadanía local más informada.
En lo específico, tras un estudio realizado por la Universidad de Los Lagos en materia de interés ciudadano, entre los puntos abordados mediante un sondeo efectuado en tres regiones del sur de Chile, se consultó sobre la importancia que le otorga la ciudadanía a los procesos de descentralización y de cómo perciben la autonomía para con las regiones. En el caso de la Región de Los Lagos, un 84,3% declaró que es insuficiente, y que autoridades como los Intendentes, deben de ser elegidos de manera directa mediante votación popular. Sin embargo y pese a las deficiencias que perciben en cuanto a autonomía regional, descartan toda posibilidad de avanzar hacia un sistema de carácter federal (HERNÁNDEZ, 2013, p. 2). No obstante lo anterior, desde hace algún tiempo, las propias autoridades del Archivo Nacional se encuentran desplegando una política de descentralización. De acuerdo a Osvaldo Villaseca, Director del Archivo Nacional de Chile, esa institución,
“…requiere de una actualización que permita una estructura moderna, que, entre otros elementos, considere: la descentralización a través de potenciar la creación de Archivos Regionales; la modificación de los plazos de transferencia desde las instituciones generadoras de documentos a los Archivos Regionales y Nacionales» (VILLASECA O. Conservador del Archivo Nacional de Chile, Portal de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos, Martes 18 de Octubre de 2011 http://www.dibam.cl/archivo_nacional/noticias.asp?id=14929).
La necesidad de descentralizar el patrimonio documental y los procesos correspondientes para la organización, preservación y acceso a la información, han impulsado la creación de Archivos Regionales. Hasta ahora se ha concretado la creación del Archivo Regional de la Araucanía, que data del año 1997 y el Archivo Regional de Tarapacá, creado en el año 2001. Sin embargo, un desarrollo más eficiente al respecto, se ha visto frenado por una serie de variables. Al respecto, el detalle es el siguiente:
1. La fuerte tradición centralista del país, que se refleja en la concentración en la capital del 44% de la población y, además, de una parte importante del poder político, económico y de decisión nacional. (Patrimonio, descentralización e información: Fundamentos para un Archivo Región de Los Lagos. Marcelo J. Neira Navarro, René Muñoz Mayorga, Fernando Tapia Meza..,Publicado en “Archivos, Miradas, Experiencias y Desafíos. Págs. 110 a 120. Dibam. 2016)
2. Los documentos regionales han estado expuestos a un alto riesgo de deterioro y pérdida, dado dos factores principalmente: a. Debido a la legislación vigente que obliga el envío de la documentación generada por los organismos regionales al Archivo Nacional en largos periodos de tiempo y donde los documentos deben permanecer en las propias instituciones (30/60/80 años) y b. Debido a la escasa supervisión de sus condiciones técnicas de almacenamiento.
3. Las distancias que separan a la capital de las regiones más extremas del país, generan un alto costo a las autoridades, investigadores, estudiantes y ciudadanía en general, al acceder a los documentos que han sido transferidos al Archivo Nacional.
4. Lo anterior impide la constitución de un patrimonio documental administrativo, histórico y cultural regional y en consecuencia dificulta la difusión de la identidad de la región y el desarrollo de su capital humano, profesional e intelectual en esta área de información.
Impacto de la descentralización sobre la ciudadanía
La idea de descentralización determina una serie de fenómenos vinculados a una sociedad, a grupos de especialistas que ejercen la administración y una ciudadanía más informada. Este criterio de mayor acceso de los diversos grupos sociales a la información, tiene que ver a lo menos con tres aspectos:
a.- Ámbito de la investigación social
En la Región de Los Lagos existen experiencias archivísticas de distinta índole, aunque se trata principalmente de instituciones públicas que son tributarias del Archivo Nacional a partir de la Ley 5.200 ya señalada: ministerios, intendencias, gobernaciones y municipios, expedientes judiciales, escrituras públicas, inscripciones de propiedad y documentos históricos de todo el país.
También hay una serie de documentación acumulada por distintas familias, principalmente considerando las sucesivas oleadas de inmigrantes que han afectado la región: más allá de los pueblos originarios, también es necesario considerar la llegada de españoles, germanos, vascos franceses y árabes sirios a la Región. (Relacionado a la inmigración germana, en Purranque, precisamente vivió Emilio Held Winkler. Nieto e hijo de inmigrante, Held fue el mayor compilador de datos e información referida a la llamada “colonización alemana” en la Región. Existe un Archivo con su nombre ubicado en el Club Manquehue, con más de 50.000 documentos. La ubicación de este archivo en la ciudad de Santiago ya advierte del poder del centralismo. Sin embargo, la Universidad de Los Lagos a través del Centro Cultural y Observatorio Social Purranque (alianza Municipalidad de Purranque y la Universidad de Los Lagos), el propio Archivo Nacional y el proyecto de Archivo Región de Los Lagos, comienza a construir alianzas para lograr acceso a la información que contiene el Archivo Held).
Por otro lado, igualmente destacan algunas experiencias archivísticas institucionales. Entre otras, la del Programa de Estudios y Documentación en Ciencias Humana (PEDCH), de la Universidad de Los Lagos; la del Museo y Archivo Histórico Municipal de Osorno; la del recientemente inaugurado Archivo Histórico Municipal de Puerto Montt. Sin embargo, todos estos archivos, resultan esfuerzos parciales como en el caso del PEDCH, que posee una muy limitada cobertura documental, al hecho que prácticamente sobrevive sin recursos técnicos como catálogos o con escasos recursos financieros o sin catálogos como el de la Municipalidad de Osorno o muy recientes como el de la Municipalidad de Puerto Montt. Igualmente, es digno citar los archivos, por ejemplo, como el de la de la Misión Quilacahuin, cuyas fuentes datan de 1794; la del Archivo de la Parroquia San Mateo (Catedral) y del Archivo de la Iglesia San Francisco, ambos archivos de 1792, aproximadamente. Todo este tipo de instituciones hacen gala a la muy antigua existencia de la ciudad de Osorno, cuyo primer intento de fundación data de 1553.
De todas maneras, un “rápido balance demuestra la obviedad: la inexistencia de un repositorio institucional especializado y de cobertura regional” (CARCAMO, JAQUE, et al, 2012, p. 44-47).
En consecuencia, instalar un Archivo en la Región de Los Lagos, potenciaría todas las investigaciones relacionadas a temas regionales y locales de las distintas disciplinas sociales. Y se constituiría en una instancia para salvaguardar la información de estos muy antiguos repositorios que se ven constantemente amenazados por distintos tipos de catástrofes. Ejemplo de ello es el caso de la Iglesia San Francisco de Osorno, en donde, luego de los cuatro incendios que han afectado a dicha parroquia, hoy en día su párroco Fray Juan de Dios Hernández, intenta salvaguardar gran parte de los documentos y libros rescatados por cada uno de estos siniestros. La tarea no ha sido fácil, ya que los libros y la documentación existente datan desde el siglo XVIII, y al estar expuestos a la humedad, corren el riesgo de deteriorarse aún más con el paso del tiempo (SALGADO, 2013, p. 6).
b.- Sobre las prácticas ciudadanas
En relación a Grupos sociales e individuos, en la Región de Los Lagos, destacan ciertas prácticas ciudadanas que se podrían potenciar con la existencia de un Archivo Regional, lo que ayudaría a fortalecer y a facilitar cierta demanda ciudadana para el acceso a la información del presente y también del pasado. Por ejemplo, en materia de la gestión hacia la ciudadanía, un archivo ofrece el servicio de atender a una persona que podría tener la necesidad de vender un bien raíz, entonces podría recurrir al Archivo Regional buscando en el Fondo de Escrituras Públicas, pudiendo realizar un conveniente estudio de títulos de propiedad.
c.- Transparencia y acceso a la información
Desde la última década del siglo XX, como efecto de ciertos avances en el proceso de democratización, la sociedad ha ido demandando más derechos, pero también haciendo más exigencias en relación al papel de las autoridades. Todo ello ha redundado en exigir crecientes niveles de transparencia. El sistema democrático institucional nacional, ha respondido con la llamada Ley de Transparencia (Ley N° 20.285, Sobre Acceso a la Información Pública). De lo que se trata ahora es de implementar y garantizar la logística y gestión necesaria para el éxito del proceso de transparencia.
Precisamente, en materia de transparencia, el Archivo Regional podrá instalar toda una cultura participativa al respecto, en cuanto aportará datos e información de la gestión de las autoridades, especialmente, con el objeto de que la ciudadanía ejerza control socialy supervisión de la función y actos públicos. Todo el acceso a datos e información necesariamente tiene implicancias sobre la generación de opinión en la población. Es decir, más allá de la obligación de informar que impone la Ley 20.285, lo que verdaderamente importa es que un Archivo impacta sobre la población. Bajo esta perspectiva, la ciudadanía podrá supervisar la actuación de sus autoridades y en último término, la sociedad podrá empoderarse de una manera informada (CONGRESO NACIONAL DE CHILE, 2008, s.p.).
Todo lo anterior, se traduce en el hecho que el Archivo Regional será una instancia que procurará salvaguardar y potenciar el patrimonio en su más amplia acepción, consiguientemente, podrá potenciar la identidad regional y local.
En conclusión, la inexistencia de un Archivo Regional ha estado determinada por el centralismo dominante en el país. El efecto inmediato de este fenómeno, en general, ha provocado desinformación en las sociedades regionales y locales; pero ha impactado especialmente sobre grupos de trabajo intelectual y académicos, igualmente de políticos y administradores regionales y locales. Sin embargo, la ausencia de un archivo regional ha impactado fundamentalmente sobre el ciudadano común, desinformándolo.
Dicho de distinta manera, la descentralización del Archivo Nacional, en general, debiera impactar positivamente en una sociedad más informada; igualmente da la posibilidad de que los grupos de trabajo intelectual en regiones puedan desarrollar su labor con mayor eficiencia, especialmente aquellos que se dedican a la historia regional y local. Un archivo regional también repercute sobre la clase política regional, en términos de disponer datos e información para dar “cuenta pública” de su gestión. Por otro lado, la presencia de un Archivo Regional facilitaría la posibilidad que el ciudadano común supervise la acción de las autoridades, dando igualmente amplio acceso al tema de “escrituras públicas”.
Nota: artículo publicado originalmente en Fundación Dharma Chile el 21 de junio de 2020.